Los costes variables de suministros son aquellos que cambian en función de la cantidad de productos o servicios que se producen o prestan. Los costes fijos, por otro lado, son aquellos que no varían con el nivel de producción o actividad. Los costes variables de suministros pueden incluir el coste del combustible, la electricidad, el agua, los insumos y la mano de obra. En general, cuanto mayor sea la producción, mayor será el coste de los suministros variables. Sin embargo, en algunos casos, los costes variables pueden disminuir a medida que aumenta la producción. Esto se conoce como economías de escala y se produce cuando se producen grandes cantidades de un producto, lo que permite a la empresa negociar mejores precios con los proveedores o utilizar métodos de producción más eficientes. Las empresas deben tener en cuenta los costes variables de suministros al fijar los precios de sus productos o servicios. Si los precios de los suministros aumentan, esto puede reducir el beneficio de la empresa. Por esta razón, es importante que las empresas monitoricen de forma regular los costes de sus suministros y se aseguren de que sus precios reflejan estos costes.
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